por Ulises Rangel
La tan famosa “Agenda Gay”.
Cinco millones de personas se autoidentifican como parte de la población LGBTI+ en México. Es decir, una de cada 20 personas. Tamaulipas tiene un total de 87 mil personas LGBTI+, representando un 2.49% de la población total del estado. Por supuesto estamos hablando de números que no representan la totalidad de lxs que somos, pues se trata de autoidentificarse, es decir, asumirse, es decir, estar fuera del clóset, es decir, sentirse segurxs para enunciarse. Aún así, pregunto: ¿Cuántxs más tenemos que ser para que nuestras vidas cuenten?
A 29 de octubre de 2024, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, desde el mes de enero, se han registrado 36 asesinatos de mujeres trans. Solo en los meses de junio y julio han ocurrido al menos 8 asesinatos en diferentes estados de México. Estas eran mujeres valientes y visibles en política y los activismos. En 2023, de las 32 entidades federativas, en al menos 24 de ellas se registraron asesinatos de una o varias personas. Oaxaca ocupa el primer lugar con un total de 11 asesinatos reportados, seguido por Veracruz con 10, Chihuahua con 9 y el Estado de México con 7. Las entidades con mayor cantidad de mujeres trans asesinadas son el Estado de México con 6 casos y Jalisco y Oaxaca con 5 cada uno. ¿Cuántxs más tenemos que morir para que nuestras vidas cuenten?
Uno podría pensar que la tortura es una práctica ajena, relegada a lugares lejanos y tiempos oscuros. Sin embargo, en México persisten prácticas profundamente lesivas para la dignidad humana, como los llamados Esfuerzos para Corregir o Cambiar la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG). Estos métodos son, en realidad, actos de tortura psicológica y física, promovidos comúnmente por grupos religiosos, programas de “superación personal” o instituciones de tratamiento para adicciones, y no por la medicina o la psicología formal.
En la Ciudad de México, la prohibición de los ECOSIG marcó un precedente en 2020, motivando a otras entidades a seguir su ejemplo. A lo largo un tortuoso camino, finalmente, el 26 de abril de 2024, el Senado de la República aprobó reformas al Código Penal y a la Ley General de Salud, logrando una prohibición y sanción de estas prácticas a nivel federal. El dictamen entró en vigor el 8 de junio de 2024, pero aún queda mucho por hacer. Esto es el piso mínimo. ¿Cuánto más tenemos que sufrir para que nuestras vidas cuenten?
Nuestras vidas no son llorables, no son sufribles, no cuentan, no hay registro oficial de los crímenes de odio, no hay justicia, no hay reparación y si no hay nada de eso, no hay garantía al derecho a la memoria.
Quisiera expresarle de la forma más amable que no existe una Agenda Gay. Estamos atrapados en una discusión eterna sobre quién se puede casar con quién, cuando las tasas de divorcio entre personas heterosexuales han venido en aumento desde los 90s. Estamos atrapados en una discusión sobre si las personas homosexuales no deberían adoptar, cuando los niños, niñas y adolescentes permanecen en las calles y en el Sistema DIF sin nadie que los voltee a ver. Estamos atrapados en una discusión sobre una supuesta “pedofilia homosexual”, cuando la información oficial, nos dice que los agresores sexuales son en su mayoría hombres heterosexuales familiares de los niños, niñas y adolescentes y mientras la Iglesia Católica no practica la justicia entre sus feligreses y sacerdotes. Y mientras estamos atrapados en esas discusiones eternas, solamente el 40 % de las familias en México, son conformadas por madre y padre. El resto son familias diversas.
A mi me gusta contrastar la información que me presentan. Me gusta ver los datos, las fuentes, corroborar, enjuiciar, comparar y criticar. Y eso es lo que le pido que haga. Lo que algunos llaman “La Agenda Gay”, se trata de la agenda de los Derechos Humanos, de una agenda para que no nos maten, que se investiguen los crímenes de odio, que tengamos acceso a la salud, oportunidades de trabajo, que no nos torturen. Se trata de luchar por nuestro derecho a existir.
Ideología de género.
Debo reconocer que quienes inventaron el concepto de “Ideología de género” fueron muy astutos. Hicieron creer a mucha gente de que no había bases científicas en la igualdad, en la diversidad sexo-genérica, que se trata de una “batalla cultural” por destruir los valores tradicionales, que se trataba de una trampa de ciertos pillos que se colaron en la American Psychological Association, en la Organización de las Naciones Unidas, financiada por George Soros.
En 2017 llegaron a las calles con el Frente Nacional por la Familia, gritando: ¡Con los niños no!, ¡Los niños tienen pene y las niñas tienen vulva! Como si hubiera una horda de homosexuales afuera de las escuelas tratando de cambiar a los niños. Yo quisiera saber ¿en qué se basan quienes dicen que se están mutilando y hormonando a los niños? pregúntenle a cualquier abogadx y le explicará que no es algo que esté permitido en la legislación mexicana. Ni tampoco ningún grupo de activismo LGBTI lo ha propuesto, por cierto.
Pero hablemos de ciencia. En 1993, Anne Fausto Sterling, una investigadora y bióloga estadounidense, publicó uno de sus artículos más significativos en la revista The Sciences, titulado “The Five Sexes”, en donde describió que al menos, existen cinco sexos en la especie humana. Además de machos y hembras, están los herms (llamados así por los hermafroditas verdaderos, personas que nacen con testículos y ovarios); merms (pseudohermafroditas masculinos, que nacen con testículos y algún aspecto de genitales femeninos); y ferms (pseudohermafroditas femeninas, que tienen ovarios combinados con algún aspecto de genitales masculinos).
Se trata del reconocimiento de las personas intersexuales y de su dignidad. No le sorprenda saber que en muchas especies animales la intersexualidad es parte de los ecosistemas, incluso hay algunas que cambian de sexo dependiendo de la necesidad de las poblaciones. Pero no estamos hablando de otros animales más que de nosotros, los humanos.
Según Laura Saldivia, la ciencia médica considera que existen diversos factores que contribuyen a la determinación del sexo de una persona, es decir, no solamente los genitales externos. También está el sexo genético o cromosómico, el sexo gonadal (testículos y ovarios), el sexo morfológico interno (vesículas seminales y próstata o vulva, útero y trompas uterinas), el sexo morfológico externo (pene y escroto o clítoris y labia, el sexo hormonal (andrógenos y estrógenos), el sexo fenotípico (pectorales y más pelo o mamas y menos pelo).
¿Cuándo y dónde dialogar?
Muchos de estos voceros anti-derechos, aprovechan sus plataformas para expresar sus opiniones discriminatorias y violentas, para que, inmediatamente después, frente al reclamo de quienes disentimos, se acuse de “censura”, de “borregadas, de “adoctrinamiento” y volvemos al mismo lugar. Quién ya creía en algo, solo se reafirma en esa posición y se radicaliza.
Cada vez queremos debatir menos, contrastar menos, confirmar menos fuentes. Ver videos de opinión, regurgitaciones de lo que alguien más leyó (en el mejor de los casos leyó). Hemos perdido capacidad de atención y eso merma nuestra habilidad para escucharnos entre pares, entre generaciones, entre clases sociales, entre partidos políticos, entre naciones.
Se está cocinando un caldo de cultivo, una tormenta perfecta que puede virar el péndulo hacía un retroceso de los derechos ganados.
Una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España revela nada más y nada menos que el 44,1% de los hombres, según sus percepciones, considera que “la promoción de la igualdad de las mujeres ha avanzado tanto que ahora están siendo discriminados ellos”. Bien dicen que quién ostenta privilegios, no está contento cuando se le arrebatan, el tema es que es muy curioso que en general, los hombres no nos estemos dando cuenta de que con los feminismos y la diversidad también ganamos y que lo que se pierde, no son privilegios, sino violencias, cargas pesadas de estereotipos de género y mandatos sexistas. Los hombres heterosexuales no perciben una ganancia de la redistribución del sistema patriarcal, al contrario, es una amenaza al supuesto “orden natural de las cosas”.
En Estados Unidos, Corea del Sur, Alemania y Reino Unido, datos de Gallup muestran que después de décadas donde los sexos estaban distribuidos de manera aproximadamente igual entre puntos de vista liberales y conservadores, las mujeres de 18 a 30 años ahora son más de 20 puntos porcentuales más liberales que los hombres jóvenes. Esa brecha tardó solo seis años en abrirse.
Se abre una gran brecha ideológica entre jóvenes hombres y mujeres en varios países del mundo
Ideología política de personas de 18-29 años (% liberal menos % conservador), por sexo
Hago una defensa de las Universidades como espacios seguros, santuarios para contrastar ideas, pero con método, para desafiar la posmodernidad líquida, para construir ideas colectivas que pongan en riesgo al estatus quo opresor, pero que también ofrezca soluciones y pedagogías para que todos, todas y todes quepan en ese mundo que nos imaginamos. Sin embargo, urge una TRANSformación de la Universidad, por supuesto, pero no en el sentido de construir una carrera como si fueran legos con piezas de aquí y de allá sin sentido, sino una transformación humanista, una refundación de las Humanidades y las Ciencias Sociales que esté a la altura de nuestros tiempos.
Necesitamos que la Universidad piense en entradas y salidas del sistema cis-heteropatriarcal, que organice formas de resistencia a la violencia de hoy, que promueva formas de encontrarnos en la divergencia.
También necesitamos otros partidos políticos y otros gobiernos. Resulta paradójico que, a pesar de vivir en un país tan profundamente machista y feminicida, sea una mujer la que se hoy encabeza por primera vez la Presidencia de la República. Con un Instituto Nacional Electoral, dirigido también por primera vez por una mujer. Después de que se lograra el primer gabinete paritario. La primera presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La primera secretaria de Gobernación. La primera Gobernadora del Banco de México. La primera Legislatura de la Paridad, la Diversidad y la Inclusión, gracias a acciones afirmativas para personas de las poblaciones LGBTI, indígenas y con discapacidad. La primera vez que hay 13 gobernadoras de las entidades federativas. Pero no debemos olvidar que existen Bolsonaro, Trump, Vox, Le Pen, Milei y Verástegui.
El fin de la historia
Francis Fukuyama dijo en 1989 que era el fin de la historia. Que había triunfado la democracia liberal y el capitalismo después de la caída del comunismo en Europa del Este y la desintegración de la Unión Soviética. Fukuyama pensaba que el debate fundamental sobre el mejor tipo de sistema político y económico había llegado a su fin. No es así. Estamos frente a una de las grandes transformaciones del sistema político internacional, frente a una de las grandes transformaciones de las relaciones sociales y frente a la devastación del planeta más importante y definitoria. Cómo nos adaptamos frente a estos desafíos resultará imprescindible.
El origen de la homofobia y la transfobia está en la misoginia; el odio irracional a las mujeres por el hecho de ser mujeres. Son dos caras de la misma moneda. El patriarcado castiga a todos los sujetos que se feminizan, que tienen “pluma” y que adoptan valores y características del mal llamado “sexo débil”. Lo cierto es que se nos ha olvidado lo más básico: Todo ser humano tiene dignidad y tiene derecho a una vida que sea vivible, que sea llorable, que sea memorable. Las vidas trans, lesbianas, gays, intersexuales y queers son importantes y seguiremos luchando para que las instituciones puedan atendernos cuando lo necesitamos. Lucharemos con o sin los hombres heterosexuales y lo haremos con o sin los conservadores. Espero que sea con todos y todas porque unx se cansa de tanta confrontación, de tanta violencia.
Ya conoce usted otros datos, evidencia, estadísticas de cómo son nuestras vidas. ¿Va a voltearse a otro lado? Recuerde que 1 de cada 20 personas en México se autoidentifica como LGBTI, recuerde que son de su familia, de su Iglesia, de su comunidad, de su salón de clases. La ola de violencia contra las personas LGBTI en México requiere definiciones.
Fuera máscaras, TRANSformarse o morir.